miércoles, 30 de diciembre de 2020

"2020"

 

 

Ha pasado un año lamentable en muchos aspectos.

 

 

     Reunión de escalada en solitario


Huelga decir que hemos tenido buenas vivencias (las que se nos han permitido)

A pesar de todo, sigue la afición, sigue el amor por la montaña y sigue el deseo de disfrutar de algo que nos han robado. La libertad.

Libre en el monte de ir con la cara tapada, lejos de noticiarios espantosos donde nos mienten constantemente. Lejos de políticos de todo signo, seres espantosos y despreciables.

Un lugar donde poder seguir viviendo como antiguamente. Sin toques de queda, sin normas idiotas, sin ningún tipo de virus.

Cuanto lamento lo que ha pasado. 

 


 Escalando en solitario en uno de esos rincones de Madrid que no se publican en internet ni en las redes sociales (Si es que algunos defensores del "populismo, todo vale, yo hago lo que quiero, que guay soy que enseño a la gente donde ir a escalar" nos dejan seguir manteniendo tesoros escondidos.)

 

 

Por otro lado, ya no tengo interés en mostrar lo que hago, me he aburrido de todo esto. Ya no tiene sentido ser uno más que se muestra; se abre y mete la pata contando lo que hace y en dónde. Que cada uno haga lo que quiera, pero yo atisbo que es un error pasar tantas horas aquí sentado cuando lo que me gusta está fuera. Pero como me contradigo a menudo, posiblemente mañana cambie de opinión y así… eternamente.

Haced lo que queráis, pero que realmente os interese y os motive. Mejor si no te expones, mejor si no saben de ti, mejor si pasas completamente desapercibido. Si vives lejos de las “normas” y lo políticamente correcto.

 

Ya se termina el año y empieza otro nuevo. 

 

 


  Hay que tener un control de los alimentos, una dieta específica.

 

 

 

 

Sobre todo pasarlo bien con amigos nuevos


 






O los viejos, de toda la vida. 



Aún así, con eso y con todo. A los que seguís visitando este recóndito lugar alejado de la razón...

Que terminéis bien y empecéis mejor.



miércoles, 4 de noviembre de 2020

La cuesta de la Vega. Rocódromo urbano.

 

 

 


 



 

 

 

 

 


 

La cuesta de la Vega es un muro donde se ha prácticado la escalada desde comienzos de los años ochenta. Situado en el centro de Madrid paralela a la calle Segovia, los escaladores Madrileños han tenido una pequeña "escuela" para aprender y dar sus primeros pasos en la vertical. 

Antes no había rocódromos, no es como ahora que hay mucha variedad. Para entrenar e ir practicando aquellos escaladores se subían por el mampuesto de muros de retención como el del templo de Devod (en el que hoy en día se ven algunos spits) y puente de Segovia. 

El fanatismo por la escalada y la opción de quitarse el mono cuando no se puede acceder a la roca natural, hicieron de estas paredes centros de reunión donde la gente se conocía.

Mi primer contacto con la cuesta de la Vega sería allá por el año 1999. Con unos diez años recuerdo perfectamente como me flipaba esa pared a la que algún domingo con Montañeros (grupo de montaña del colegio) nos colgaban de la baranda oxidada y anclada con cemento.

Un día con mi padre, unos bomberos observaron como me aseguraba (a la española) y nos dejaron un arnés con un ocho. Al año siguiente los reyes vinieron con un arnés de niño y una cuerda dinámica de 20 metros y 9mm. Luego ya empecé a ir solo, con amiguetes y demás. Con uno en concreto le pegué una flor a la cuerda por "practicar el péndulo" con la pequeña cornisa. También recuerdo un culetazo de un escalador que confió en esas chapas Tri-Roc finitas y oxidadas, con un espit en un muro de mampuesto y juntas con cemento pobre. Un día ya lejano, arrancamos unas cuantas (aún quedan)





También siguen en pie dos buriles en los que todos los que aprendimos allí practicábamos las reuniones, triangulando evidentemente. Están aún en la esquina. Si hacías el paso por arriba era la variante "Patonera" más de fuerza y brazo. Ahora han metido un cincel y hay un agarre más, con lo cual más sencillo.

Por abajo lo llamamos la variante de "La pedricera" porque en la esquina hay que hacer un cambio de pies en adherencia de granito pulido. 

Alguien rellenó ese canto con sika. Alguien lo reventó. Pero no se tocaban mucho la verdad. 


Recuerdo que antes había muchos chavales jugueteando a escalar. Sobre todo en verano. 

Incluso llegué a quedar con mi compañero con unos 14 años los dos, bien barbilampiños a las 8:30 de la mañana, allí escalando con cuerda y fisureros una grieta en los ladrillos (el ángel de la guarda currando siempre) y sorteando arenilla en los agarres más altos y menos utilizados. Un grabado en en aparejo rezaba: "Via Orgasmatrón" que eran una sucesión de orificios en el canto del ladrillo. Anécdotas...


Hay una foto de Javier Orive y Txavo Vales que es cojonuda. Me mola mucho porque yo tengo el mismo jersey que Txavo en la foto (era de mi señora madre). Ademas son dos escaladores muy importantes en Madrid (en mi opinión) aparte de admirarles bastante personalmente.

 


 revistaescalar

                                                            Foto de Darío Rodríguez.

 

                                                        Esa coleta (de aquellos años) delatora




                                                                           


Es un buen lugar para llevar a los amigos; a la gente del instituto les subía por lo fácil y les hacía rapelar. Alguno acabó con cicatrices temporales en la espalda y un miedo terrible a que le descuelguen en top-rope. Las peyas allí, pues nos escapábamos en el recreo... Algún mini-botellón. Con una litrona para cuatro teníamos mareo asegurado.

Se montaban hasta tirolinas en la cuestecita de enfrente de la pared, desde unos árboles.



Un día estaba escalando y escuché ruido de cascos de caballo, era la policía montada. Me aconsejaron que no subiera tan alto, que me bajara. Les expliqué que era un rocódromo urbano, aparte de histórico. Me parece que lo entendieron porque ver al "niño" relatar una defensa de la escalada en ese muro... les pudo parecer peculiar. No sé, me dejaron tranquilo. Nunca me han vuelto a decir nada. Nos respetan bastante por lo que he visto estos años. No es parte de la muralla antigua que rodeaba Madrid, si no estaría protegida. De echo el lateral es el típico aparejo Toledano de ladrillos y piedras calizas, incluso sílex.

Otra vez, con la cuerda atada de seguridad a unos bolardos en forma de arco (esos verdes los recordaréis los más puretas) un elemento me quería robar los mosquetones y me los intentaba abrir y no podía. 

La mochila muchas veces la dejábamos colgada de una chapa alta o con un ganchito... para defensa contra los ladronzuelos del centro típicos. 


La tengo mucho cariño, espero que nos permitan seguir colgándonos un poco allí y que respeten el poder que tiene de atraer a todas las generaciones escaladoras de Madrid centro. Por lo menos han puesto testigos de dilatación en las fisuras. Siempre nos daba algo de palo la del ladrillo y la de la farola.



En la foto el -fisurometro- opción moderna al tradicional testigo de yeso para observar la evolución de las fisuras y sus dilataciones.

domingo, 17 de mayo de 2020

miércoles, 5 de febrero de 2020

Vía Orozco-Calle a la Punta Inadvertida. La pedriza.






Una de las vías en la que más hemos disfrutado abriendo. Quien nos iba a decir que en el año 2013 podíamos inaugurar nuevos itinerarios de escalada limpia en la Pedriza. Y más aún, cumbres virgenes.





 El primer largo comienza con un paso de decisión a la placa, después va a pelo hasta una fisura donde nos podemos asegurar. Queda otro paso hasta llegar a la fisura horizontal de la imagen.








El segundo largo es una chimenea, al principio estrecha donde necesitaremos unos friends grandes o big-bro. La dificultad se concentra en el comienzo del largo, luego aminora.






Puede ser algo complicado de asegurar, pero fácil.






El tercer largo comienza mediante un paso de hombros hasta poder agarrarse a la seta que pisa mi compañero Félix. Se recomienda hacerlo así hasta poder proteger en la fisura unos metros más arriba, el segundo no tendrá problema por la seguridad de la cuerda que permite hacer el paso. Ahí se podía haber colocado una expansión, pero el estilo y el juego es hacerlo limpio.



Vistas desde el otro lado del tercer largo.






El cuarto largo es corto, pero no os dejará indiferentes la salida a la placa.


Se rapela desde un puente de roca con cordinos a un pequeño salón, desde el que se sale andando al camino de destrepe.



Para más información consultar la guía de La Pedriza posterior de Papila y Júper o la revista Desnivel número 341.

Gracias a Félix por dejarse engañar y a Alfon que hizo de fotógrafo otro día que repetimos la vía posteriormente; ya que el día de la apertura hay pocas fotos y son un poco raritas... ↷






¿Una o un salvaje?




 Ojo con el grado, es orientativo. Hay que escalar con los seguros por debajo de los pies.

¡Esperemos que os guste!