El fin de semana pasado tuvimos la suerte de comenzar la nueva temporada Galayera con un par de buenas vías. Salimos el Sábado escopetados para la Cabra, con la idea de hacer el
Diedro Ayuso a la
Punta María Luisa. Llegamos pronto y a pesar de eso la cabra ya estaba bien llena de coches. Reconocemos a los de siempre, que van a escalar por la zona. Es Galayos uno de los pocos sitios donde veo a gente con verdaderos mochilones para ir a escalar, donde la peña se queda a dormir y trepar alguna vía.
El camino, el primero de la temporada; como siempre se hace largo e interminable. Poco a poco llenamos las cantimploras y comenzamos la subida por la apretura; donde por costumbre ya me pongo mi casco por lo que pueda pasar.
Pensamos que los cuatro largos de la Ayuso se nos quedarían cortos para el primer día y nos petateamos todos los friends para hacer el cresteo hacía el Torreón de los Galayos enlazando por la fisura de los
Valencianos. Nosotros tan optimistas como siempre.
Ya en el primer largo se masca el patio y el ambiente de escalada antigua. Tenían valor los que subían por estas paredes, nosotros vamos muy cómodos con los gatos y los friends.
Nosotros empalmamos los dos primeros largos en uno de 60 metros donde al primero le costará tirar de las cuerdas. La reunión es una repisa inclinada con un clavo de seguro y un puente de roca a reforzar con empotradores.
Mario encabeza el siguiente largo ya que hace una semana tuvieron que abandonar cuando un componente de su cordada se encontraba mal en esas circunstancias. Yo lo entiendo, da un palo increíble estar ahí pensando en subir por semejante pared.
Mario resuelve el largo lentamente protegiéndose en la fisura y haciendo unos reposos muy naturales, al llegar al paso, chapa un clavo asqueroso y sale airoso de la situación. Se convierte en mi súper héroe favorito de esa jornada.
Le toca a mi menda y recupero ese largo sin descansar corriendo y en babaresa, error mío. Hay que relajarse y espatarrarse muy bien, el paso es apretar y tener la resistencia adecuada.
El siguiente largo de la Ayuso es una especie de chimenea tétrica protegida por unos tres clavos que da miedo. Opto por salir por el largo perteneciente a “
Movimientos en mi nevera” una fisura de 6a donde con vergüenza pago las consecuencias de mi babaresa interminable. Un largo bonito con pasos de cacho me deja en una repisa. Me ha sabido a tan poco y mal que me ofrezco a darle al famoso paso de la chimenea.
Recomiendo subir con lo justo aunque yo me llevé hasta el Camalot del 5… para nada. Unos Alien y unos friends serán suficientes para alcanzar la cima. El paso de la chimenea es empotrarse un poco. Yo que soy fino voy por casi por dentro.
En la cima disfrutar de las vistas, y un corto destrepe nos deja en una canal con opciones de rapelar a un lado o a otro dependiendo de donde dejemos las mochilas. Rápel con cadena y argolla de 60 metros justos en la opción derecha de la canal (la que no mira al refugio) destrepe y en 5 minutos en la repisa-vivac de la María Luisa.
Luego paseo al refugio a ver como lo han dejado después de la restauración, y bueno, bien.
Larga bajada e interminable, dolor de pies y espalda… hay que meterse en la fuente aunque te obliga a salir rápido. El agua está helada. Una agradable cena en el merendero y el saludo a algún conocido y al saco, se duerme bien después de una jornada intensa.
Al día siguiente desayuno cinco estrellas con café y croissants. Y fuerte, porque el objetivo para el día “suave” no es nada más y nada menos que una de las vías “fáciles” de la Peña del Águila: Sulayr.
El camino se vuelve más horrible si cabe por la subida a la base de la peña. Nuestra opción recomendada por Gabi es entrarle por la vía de dos largos “El cojo mantecas” pero al estar tan sucia y húmeda entramos por la vira de la canal izquierda.
Ya se puede ver la fisura perfecta de manos que caracteriza a esta vía.
Después de un corto largo de Vº se monta una reunión con un puente de roca y un clavo. Y me toca la fisura… increíble de buena para las manos, aérea y disfrutona. Tiene un buril y un clavo en los 7 primeros metros. Recomiendo llevar un buen juego de friends con los números 1 y 2 de Camalot repetidos, no es coña. La fisura se va cegando y es conveniente poner un buen Alien pequeño antes del puente de roca con cordinos de los abandonos.
Los colegas flipandoHay gente que monta aquí la reunión pero es muy incómoda. Yo salí del puente a un mini diedro y la monté con empotradores y un par de friends que me quedaban de pura suerte. Ahora es cuando valoras los fisureros en las vías de Galayos donde no pueden faltar en tu arnés.
Buena reunión con dos fisureros y dos friends...lo poco que me quedaba. Mario sube con un estilazo que me hace regalarle buenas fotos. Llega flipado a la reunión.
En el siguiente largo es donde las matan, supongo yo que antes habría clavos, ahora lo que hay es una hostia que te comes la repisa como falles en un paso de 6a+ a bloque. Meto mis microfisureros de bronce y consigo salir… menos mal de ahí a ver cómo te bajas. No vas a ser tan matao de dejar ahí la vía después de la grieta que cuesta un montón.
Recomiendo (pediría) que el próximo que se pase por la vía lleve la maza y un par de clavos planos porque realmente se pasa mal. Tienes muy mala caída a una repisa.
La siguiente reunión en una sabina y algunos empotradores, ya a la vista la temible fisura de Offwithd que todo el mundo dice. Cómo me sigue tocando a mi todos los largos (esa suerte a mi favor, y mis compañeros que se tiran del rollo) subimos por el escaqueo que no es un escaqueo en el fondo. Te vas a arrastrar igual querido amigo.
Superar un resalte a la izquierda fácil y una travesía con piedras sueltas hasta el pie de un diedro sombrío. Y remontar por “otra chimenea” que es más suave donde se protege bien. Salir a un balcón que forma el gendarme y tirar hasta el mini colladito en la cima de la Peña del Águila.
Ahora sí, estamos casi arriba. Reunión en puente de roca y suben los compañeros con ganas de arrojar por la chimeneílla.
He de agradecer su compañía y ánimo, algo que nos hizo subir, ya que sin el conjunto de los tres dándolo todo: no hubiéramos llegado a la ansiada cima. ¡Cumbre!
Las vistas son acojonantes, me crezco; veo la
Punta Anita, y resto de vías que abrimos aquel verano; me excito. No lo puedo remediar estoy enfermo por escalar.
Ahora nos queda la bajada después de un pedazo de cumbre. Esto es Galayos.
A la bajada flipamos con esas fisuras donde recientemente (ese mismo Sábado) se encadenó por unos escaladores muy fuertes una temible vía de A4 con protecciones tipo cooperheads y plomos. Me quito el sombrero señores. No digo nada, por prudencia; pero lo digo todo.
Los rápeles, el primero de 30 metros desde una “U” química colocada por Pablo te deposita en un destrepe que hay que tener cuidado. El siguiente es de 30 metros también desde dos tensores en una repisa con piedras. Bajo este rápel hay un pequeño manantial (actual mente seco).Corto destrepe y otro rápel, importante no saltárselo, con tendencia a la derecha según se baja desde dos tensores químicos de unos 50 metros ya nos deja en la canal de destrepe y en el pie de vía de la “Cojo mantecas”
Rápel en simultaneo, el último.Cómo balance del finde, no está mal. Fuimos ambiciosos de meternos en estos fregaos pero bueno, por lo menos salimos por la cumbre y no nos abandonamos. Recalcar la importancia de los
compañeros en la cordada, si uno falla nos vamos todos a pique. Espero que esto a la gente le dé que pensar.
