lunes, 25 de junio de 2012

Las vías de Teógenes Díaz


                                Introdución

Quiero atreverme a escribir sobre alguien como Teógenes Díaz, y no porque le conozca bien y halla memorizado todos sus datos, vías y escaladas importantes. El motivo es simple, he escalado un buen puñado de sus vías y me siento embriagado por su encanto y elegancia. He disfrutado de cada ascensión con diferentes compañeros, con material moderno y en casi todas las ocasiones con un buen croquis para poder entender la mentalidad de como ascender de la forma más clásica. Es difícil hablar de Teo, es algo complicado porque nos separan muchos años y demasiados conceptos variables. Teo subía y disfrutaba, hacía las aproximaciones andando desde muy lejos, no conocía nada, no tenía la guía de escalada. Semejantes aventuras deslumbraban sus ojos y sobre todo su mente, porque si quieres intentar ponerte en su piel ¿A donde vas? Conocimiento, un buen conocimiento de la sierra y posibles. Aunque sea un chusco de pan y algo de queso. Una cuerda y cualquier tren que acerque a la inóspita sierra de Madrid. Compañeros, buenos y fieles que ayuden a la empresa de la conquista de las cimas: amigos. Toda esta mezcolanza y otros ingredientes que posiblemente nunca conoceremos, hicieron un plato suculento para alguien con interés en ascender por esos caminos... a sitios con cumbre y sentimiento.

Y haciendo un viaje al interior, buscando el autotrascendimiento personal, mostrando al eventual lector de éste humilde blog (quién sospecho que disfruta y se relame con las andanzas de su autor) revelaré las claves para conocer las vías de Teógenes y la motivación que me ha llevado a ello.
Cómo ya he dicho antes, me he sentido atraido por esas vías clásicas, esas que no se suelen recorrer, que ya no están de moda pues hay vías modernas más cercanas. Con otras caracteristicas, a saber: menos aproximación hasta ellas, menos compromiso, menos equipamiento. ¡Esto parece el minimalismo de Mies Van Der Rohe! Con su famosa frase "Menos es más" símiles aparte con el arte, diremos que estos recorridos precisan de la belleza más sencilla. Aquello de subir por el camino lógico y normal; definición ya estudiada de lo que es una escalada clásica. Esto es algo personal que el único interés de su proclamación a los cuatro vientos, es aclarar que no busco otras pretensiones que mostrar la belleza de la escalada. No quiero reconocimiento y admiración por mi persona. El protagonista de ésta serie de crónicas es indiscutiblemente Teógenes, y en quién me voy a centrar a partir de ahora. Gracias por entenderlo. Espero que disfruten y sientan el rebato, para advertirles del peligro de no disfrutar de éstas vías de escalada.



           Teógenes Díaz Gabín. Historia y datos de interés.





Antiguo escalador, recio de los de antes. De facciones afiladas, delgado, pelo corto y estilizado; acorde a la época.Con un alto coraje y valor. Auténtico. Esta es una breve definición de Teógenes simplemente mirando algunas de sus fotos.

Teo, desde ahora; comenzó a escalar no muy jóven. Nacido en Ciudad Real (1907). Era marmolista de profesión. Al llevar tiempo con su pasión por la escalada, le sorprende la guerra Civil Española. Momento en el que toda nuestra ascendencia se vió implicada en situaciones de dolor, miseria y sufrimiento. Teo en la guerra, fue capitán del Batallón Alpino perteneciente al bando Republicano, en la contienda del frente de Guadarrama. El Mogoteras me contó una anéctoda muy buena. Estando en el frente Teógenes, el Capitán Teógenes. Tenía un caballo para trasladarse en sus funciones de alto rango. Los soldados, medio muertos de hambre esperan a que su capitán descuide el caballo y se lo toman prestado para poder comérselo y alimentarse. Cual fue la cara de Teógenes, cuando pregunta por su caballo y nadie se atreve a decirle nada, no obtiene nada más que cabezas bajas y silencio. Más tarde descubriría los huesos roidos de su pobre animal de carga. Otra anéctoda más de aquella dura guerra sin sentido.


Historias y relatos curiosos que espero, no caigan en el olvido. Y a partir de ahora ya he levantado la liebre, se acerca la época de escalada dura. Hay muchas vías por hacer, muchos proyectos pero lo importante es disfrutar.
Iré contando las andanzas y escaladas de Teógenes (humildemente y con todos mis respetos) mostrando mis propias escaladas en sus vías a lo largo de todo el sistema central, algunas inéditas (vía internet) otras más conocidas. Y ahora posiblemente el lector del blog se vea motivado para ir coleccionando esas vías, atesorar esos recorridos serpenteantes y rectos en distintas ocasiones. Pero lo más importante: Disfrutar de su herencia para todos y de todos.

Escalando la Sur de "Punta Teógenes"




2 comentarios:

  1. ¡El pelo se nos ha puesto más de una vez blanco escalando las vías de Teo! Una rara avis que cuando veíamos pasar de pequeños por la acera del colegio donde estudiábamos, nos hacíamos tachún. Nuestro ceremonioso y cabizbajo "Ahí va Teógenes Díaz" se transformó luego en: "Ay, vaya vía de Teógenes Díaz". Mucho Alien, mucho Camalot y no subimos ni la décima parte de bien que él hace 70 años. Nuestro respeto más profundo para alguien irrepetible, duro, discreto y outsider!

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  2. Normal hacerse aguas cuando le ves. Es cierto lo del material moderno nuestro. Te le imaginas atado al pecho y te dan sudores, hay que apretar en sus vías no son fáciles. Máximo respeto por él sin duda.

    La anécdota de verle a la salida del cole me recuerda a una mía parecida pero con otra celebridad escaladora. Cambia bastante, nosotros le veíamos pasar por la puerta del tuto (instituto) y le mirabamos con cierto desdén. ¿Y ese tío hace séptimo? Sus vías en la pedriza... ¿Son míticas? Cómo cambia el tema... ¿Seremos unos soberbios? ¿O somos ya la generación que adoran a Dean Potter y Alex Hubber y el resto nos parecen aficcionados?

    Siempre el respeto primará en la escalada espero.


    Saludos Tino gracias por tú comentario y más gracias aún por sacar en tus guías esas recopilaciones de las vías de Teo. Si no las tuviera hubiera sido casi imposible hacerme con mi tesoro de vías.

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