lunes, 7 de abril de 2025

Seguid teniendo cuidado.

 Sin querer entrar en polémicas de años pasados; tened mucho cuidado cuando veáis la cabeza de lo que parece el tornillo de un spit de métrica ocho o diez muy martilleada. Poco a poco algunos han ido saltando, pero otros siguen puestos por riscos desconocidos y desperdigados por la sierra de Madrid.


 Hay que estar atentos. Algunos están bien puestos (son como los buriles antiguos) pero otros saltan al primer mazazo por lo que me han contado...

 





 El remedio para no tener problemas con esto es muy simple. Escalar vías en las que sepas perfectamente que el anclaje es un parabolt. También es muy efectivo escalar solamente en rocódromo, o simplemente no escalar. Esa es la clave, no escalar, dejadlo.


Estamos locos, la decadencia del ser humano es absurda.

martes, 25 de febrero de 2025

Rarezas y manías.

 Es raro encontrarse con estos sistemas de rápel mas propios de hace muchos años...

 


 

 

También lo es el aseguramiento en agujeros en placas de granito con empotradores de levas. 



 

Antes era raro que un escalador se aventurase a escalar vías en solitario. Ahora parece que ha se ha puesto de moda. No sé si por los vídeos y los cursos que se imparten o por la tendencia social que llevamos en la actualidad. No encontrar compañero por tiempo, responsabilidades o preferencias. 

La verdad es que personalmente siempre he escalado en solitario por gusto y satisfacción. Todos podemos descolgar el teléfono (¡qué digo!, ya no se llama la gente, ahora nos mandamos un mensaje de watsapp y si tienes suerte lo leen pronto y puedes quedar) hablar con alguien que nos caiga un poco bien y comerle el tarro (venderle la vía que queremos hacer) para así salirnos con la nuestra y escalar lo que nos gusta. Ya sea una vía de Vº en un risco alejado y solitario, o por otro lado un desplome de séptimo grado en una escuela deportiva... que nos aseguren. Simplemente acoplarse a cualquier plan para estar en el campo, salir de la ciudad y ver a los amigos. Hay muchas maneras, yo entiendo todas y a todos los que las proponen. Yo hago vías por amistad, por compromiso y por hacerle el favor al  amigo o amiga que toque en ese momento. Pero es cierto que cuando voy en solitario disfruto mucho más la vía, porque hago cada largo dos veces, soy mas consciente de las sensaciones y dueño de mis decisiones. No hay nadie abajo alentándome o proyectando sus miedos en mí. 

 



 
Hablando un poco de mis manías, últimamente me he contradicho en cuanto al tema de los reequipamientos, he sucumbido a la tarea de mantener las vías que nos han dejado los "antiguos" un poco actualizadas sin que pierdan su esencia y sin cambiar o variar los itinerarios. Yo no me invento nuevas reuniones, no añado seguros y no meto mano en vías ajenas. Es una labor que tiene un componente ético inmenso. No solamente es ir allí cargado como un mulo y ejecutar con anclajes inoxidables las vías que merecen la pena. Es un ruido mental que me atormenta durante las tareas. ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Me estoy equivocando? ¿Me van a denunciar? Soy bastante exigente conmigo mismo.

 

Como ultima conclusión diré a quien le interese, que debemos hacer lo que realmente nos motive en cada momento en el que estemos. Con respeto hacia el entorno y los demás incautos que surcan las paredes en su tiempo libre dejándose la piel de las manos y la suela de goma de los pies de gato.

El resto, es divagar y tirarse el rollo... 

 

 

Me gusta repetir las vías de Juanjo Zorrilla como él mismo las abre. Desde abajo  y en solitario.
 

 

miércoles, 22 de enero de 2025

Remembranza de Francisco Caro Serrano. Paco Mogoteras.

Me produce nostalgia pasar por el Asador de Aranda en pleno centro de Madrid al lado de Callao. Cuando terminaba de estudiar en la biblioteca me decía a mí mismo: Voy a tomarme un vino rosado con Paco y que me cuente alguna historia. 

Era una maravilla juntarme contigo allí en esa barra, picar algo que nos sacaban y reírnos mucho de la vida juntos. Carcajadas sonoras y señoras con collar de perlas nos observan. Porque un chaval de 26 años trajinando con un señor de aspecto aventurero y busca vidas... Seguro que daba para dar rienda suelta a la imaginación y comentar.

Por eso cuando paso por allí te recuerdo y no puedo hacer otra cosa que sonreír, añorar esos días y pensar que algún día volveremos a troncharnos de risa.

¡Otro homenaje a ti, Mogo!