viernes, 21 de mayo de 2021

Mi primer PLX.









Cuando subo a escalar a la Punta Pedro Orozco (una aguja que abrimos hace ya unos doce años) tengo que renovar el rápel cada vez. Es un cuerno de roca en el que suelo dejar un maillón para que corra bien la cuerda. Se vuela, se sale del cuerno y acaba por ahí tirado. 


Finalmente le he puesto un parabolt M12x100 del famoso PLX que tanto ha dado que hablar. Con una chapa y anilla soldada más el puente de roca lo he dejado todo "atado y bien atado" para que no se lo lleve... el viento. 



No me convence mucho el taco, lo he undido hasta el final y para expandir me han salido demasiados filetes de rosca en el espárrago (menos profundidad de anclaje). Habrá que ver al tiempo si se oxida algo o nada... 

Para la zona y el clima en el que estamos el PLX es excesivo en mi opinión. Prefiero el viejo y duradero acero Inox 316. 

 

Reflexionando:

Me pregunto si hago bien dejándome tanta pasta en la roca, para los demás, para que se quede un trozo de hierro puesto ahí muchos años... Intento poner lo mejor, lo más seguro y que dure... 

Me parece muy importante reducir el uso del bicromatado-cincado en las paredes. A los años ensucia, deja un rastro de partículas que hace que se vea mucho el anclaje. Al final es mejor equipar menos con inoxidable, que dejar todo el sector equipado con parabolts baratos que al tiempo, afean la pared y hay que cambiar.

Por otro lado
siempre hay gente que se queja porque no pongo; o porque he puesto. Siempre hay un listo, u otro que me publica los croquis inventándose los grados y los recorridos de las vías... En el fondo me da igual, la balanza mental finalmente se declina en que el idiota soy yo, por hacer. Que gilipolleces hacemos los seres humanos. Ya me lo decía mi padre ¿Pero que haces dejándote el poco dinero que tienes y la salud (respirando el polvo del taladro) para subirte por unas piedras? 

Padre, no tengo remedio. Lo que no me dejo en tabaco o copas el fin de semana me lo gasto en dejar cagaditas por las piedras.


Desde luego lo que no voy a hacer son chapuzas como ésta:



Parabolts que sustituyen a unos antiguos spits M-10 en una concurrida cumbre pedricera. No era un rápel, nunca lo ha sido. Ahora mediante ese grillete colocado erroneamente junto con un maillón tenemos un estorbo en la roca. ¿Por qué no se hace un buen trabajo?


Con toda la buena intención del mundo seguro, pero mal. 


Como un amigo, que encontró en una ferretería éste tipo de tacos y quiso tener un detalle conmigo.

 



No es un anclaje apto para escalada, como bien indican en la página web, es para cargas de 150 a 350 kg. 


Hay que pensar mucho e investigar antes de poner seguros por las paredes. No vale con un tutorial en internet, ni un curso rápido de un "técnico" en una tarde...

 

Al final es mejor dejarse el dinero en viajar a escalar o comprarse un buen juego de friends; para escalar más. 

No lo dudéis. 




jueves, 18 de marzo de 2021

Ahora más que nunca: secretivos.

 

 



 

 
 Las puñeteras colillas de los escaladores que me tocó recoger a mí.

 

Sin dudarlo, sin pensármelo dos veces soy firme defensor de los secretivos.

No se puede conservar nada. 

Antes nos cagábamos en los Domingueros, en esos personajes que observamos en la Pedriza. Aquellos que se comportaban mal en el campo, que eran (y son) urbanitas de mierda sin ninguna educación... La culpa siempre era suya.

 

Pero teníamos como el personaje bueno, el escalador, el montañero de verdad. Ahora mismo visto lo visto en los pies de vía de las zonas que visito; los guarros somos los escaladores. 

 

Ceniceros por todos los lados, colillas, papeles con mierda… Todo ello en zonas donde los senderistas o los ya nombrados domingueros no suben. No han sido ellos…

 

¡Hemos sido nosotros!

 

Somos los culpables, y por esta razón hay que proteger las zonas no publicando nada, absolutamente nada.

 

 

Ahora te metes en las redes sociales y observas que la gente acude más a un sitio simplemente porque uno ha puesto el hastag de la zona con su foto. Es un peligro subir fotos, se ponen de moda los sectores, sumado al confinamiento de la comunidad de Madrid. Ya hay gente en todos los sitios.

Hace poco acudía a una zona secreta y veía como un cursillo de seis personas ocupaban todas las vías. Todos colgados a cuerdas fijas sin darme opción a poder escalar allí. Yo entiendo que la gente tenga que ganarse el pan, no me importa que se den cursos en las vías que yo he pagado y colocado los anclajes con mi dinero, tiempo y esfuerzo… Pero creo que se debe respetar y dar los cursos en las zonas que la federación ha equipado para tal fin.

Aún así, insisto; entiendo que los profesores tengan que buscarse la vida para dar cursos. Mucho mejor el curso en el rocódromo de resina, en el Rompeolas o en el Kanalla (en el caso de la Pedriza) y así no nos molestamos.

Pero lo realmente importante es la proliferación de basura en zonas donde solamente vamos los escaladores.

Ya me acusaban de sumo inquisidor cuando me negaba a proporcionar datos sobre las zonas secretas de Madrid. Siempre igual, somos unos egoístas que nos hemos dejado el lomo para que la gente escale por la cara. “Yo lo que quiero es ponerlo en mi blog y quedar de guay, de persona altruista que comparte y descubre sectores nuevos para los pobres idiotas que no salen a descubrir piedras por la sierra de Madrid.”

 

Si seguimos así acabará con las prohibiciones, con las multas y con un forestal (que ese no es su trabajo en mi opinión) vigilando a ver quién se sube o se baja.

 

Si alguien se da por aludido que recapacite, yo no he venido aquí a increpar a nadie. Estoy haciendo un llamamiento al personal, para enmendarlo y poder seguir disfrutando de la soledad y la limpieza en la naturaleza. De todos y para todos.

 

Si no puede ser, que desmonten las vías… Nada es eterno.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

"2020"

 

 

Ha pasado un año lamentable en muchos aspectos.

 

 

     Reunión de escalada en solitario


Huelga decir que hemos tenido buenas vivencias (las que se nos han permitido)

A pesar de todo, sigue la afición, sigue el amor por la montaña y sigue el deseo de disfrutar de algo que nos han robado. La libertad.

Libre en el monte de ir con la cara tapada, lejos de noticiarios espantosos donde nos mienten constantemente. Lejos de políticos de todo signo, seres espantosos y despreciables.

Un lugar donde poder seguir viviendo como antiguamente. Sin toques de queda, sin normas idiotas, sin ningún tipo de virus.

Cuanto lamento lo que ha pasado. 

 


 Escalando en solitario en uno de esos rincones de Madrid que no se publican en internet ni en las redes sociales (Si es que algunos defensores del "populismo, todo vale, yo hago lo que quiero, que guay soy que enseño a la gente donde ir a escalar" nos dejan seguir manteniendo tesoros escondidos.)

 

 

Por otro lado, ya no tengo interés en mostrar lo que hago, me he aburrido de todo esto. Ya no tiene sentido ser uno más que se muestra; se abre y mete la pata contando lo que hace y en dónde. Que cada uno haga lo que quiera, pero yo atisbo que es un error pasar tantas horas aquí sentado cuando lo que me gusta está fuera. Pero como me contradigo a menudo, posiblemente mañana cambie de opinión y así… eternamente.

Haced lo que queráis, pero que realmente os interese y os motive. Mejor si no te expones, mejor si no saben de ti, mejor si pasas completamente desapercibido. Si vives lejos de las “normas” y lo políticamente correcto.

 

Ya se termina el año y empieza otro nuevo. 

 

 


  Hay que tener un control de los alimentos, una dieta específica.

 

 

 

 

Sobre todo pasarlo bien con amigos nuevos


 






O los viejos, de toda la vida. 



Aún así, con eso y con todo. A los que seguís visitando este recóndito lugar alejado de la razón...

Que terminéis bien y empecéis mejor.



miércoles, 4 de noviembre de 2020

La cuesta de la Vega. Rocódromo urbano.

 

 

 


 



 

 

 

 

 


 

La cuesta de la Vega es un muro donde se ha prácticado la escalada desde comienzos de los años ochenta. Situado en el centro de Madrid paralela a la calle Segovia, los escaladores Madrileños han tenido una pequeña "escuela" para aprender y dar sus primeros pasos en la vertical. 

Antes no había rocódromos, no es como ahora que hay mucha variedad. Para entrenar e ir practicando aquellos escaladores se subían por el mampuesto de muros de retención como el del templo de Devod (en el que hoy en día se ven algunos spits) y puente de Segovia. 

El fanatismo por la escalada y la opción de quitarse el mono cuando no se puede acceder a la roca natural, hicieron de estas paredes centros de reunión donde la gente se conocía.

Mi primer contacto con la cuesta de la Vega sería allá por el año 1999. Con unos diez años recuerdo perfectamente como me flipaba esa pared a la que algún domingo con Montañeros (grupo de montaña del colegio) nos colgaban de la baranda oxidada y anclada con cemento.

Un día con mi padre, unos bomberos observaron como me aseguraba (a la española) y nos dejaron un arnés con un ocho. Al año siguiente los reyes vinieron con un arnés de niño y una cuerda dinámica de 20 metros y 9mm. Luego ya empecé a ir solo, con amiguetes y demás. Con uno en concreto le pegué una flor a la cuerda por "practicar el péndulo" con la pequeña cornisa. También recuerdo un culetazo de un escalador que confió en esas chapas Tri-Roc finitas y oxidadas, con un espit en un muro de mampuesto y juntas con cemento pobre. Un día ya lejano, arrancamos unas cuantas (aún quedan)





También siguen en pie dos buriles en los que todos los que aprendimos allí practicábamos las reuniones, triangulando evidentemente. Están aún en la esquina. Si hacías el paso por arriba era la variante "Patonera" más de fuerza y brazo. Ahora han metido un cincel y hay un agarre más, con lo cual más sencillo.

Por abajo lo llamamos la variante de "La pedricera" porque en la esquina hay que hacer un cambio de pies en adherencia de granito pulido. 

Alguien rellenó ese canto con sika. Alguien lo reventó. Pero no se tocaban mucho la verdad. 


Recuerdo que antes había muchos chavales jugueteando a escalar. Sobre todo en verano. 

Incluso llegué a quedar con mi compañero con unos 14 años los dos, bien barbilampiños a las 8:30 de la mañana, allí escalando con cuerda y fisureros una grieta en los ladrillos (el ángel de la guarda currando siempre) y sorteando arenilla en los agarres más altos y menos utilizados. Un grabado en en aparejo rezaba: "Via Orgasmatrón" que eran una sucesión de orificios en el canto del ladrillo. Anécdotas...


Hay una foto de Javier Orive y Txavo Vales que es cojonuda. Me mola mucho porque yo tengo el mismo jersey que Txavo en la foto (era de mi señora madre). Ademas son dos escaladores muy importantes en Madrid (en mi opinión) aparte de admirarles bastante personalmente.

 


 revistaescalar

                                                            Foto de Darío Rodríguez.

 

                                                        Esa coleta (de aquellos años) delatora




                                                                           


Es un buen lugar para llevar a los amigos; a la gente del instituto les subía por lo fácil y les hacía rapelar. Alguno acabó con cicatrices temporales en la espalda y un miedo terrible a que le descuelguen en top-rope. Las peyas allí, pues nos escapábamos en el recreo... Algún mini-botellón. Con una litrona para cuatro teníamos mareo asegurado.

Se montaban hasta tirolinas en la cuestecita de enfrente de la pared, desde unos árboles.



Un día estaba escalando y escuché ruido de cascos de caballo, era la policía montada. Me aconsejaron que no subiera tan alto, que me bajara. Les expliqué que era un rocódromo urbano, aparte de histórico. Me parece que lo entendieron porque ver al "niño" relatar una defensa de la escalada en ese muro... les pudo parecer peculiar. No sé, me dejaron tranquilo. Nunca me han vuelto a decir nada. Nos respetan bastante por lo que he visto estos años. No es parte de la muralla antigua que rodeaba Madrid, si no estaría protegida. De echo el lateral es el típico aparejo Toledano de ladrillos y piedras calizas, incluso sílex.

Otra vez, con la cuerda atada de seguridad a unos bolardos en forma de arco (esos verdes los recordaréis los más puretas) un elemento me quería robar los mosquetones y me los intentaba abrir y no podía. 

La mochila muchas veces la dejábamos colgada de una chapa alta o con un ganchito... para defensa contra los ladronzuelos del centro típicos. 


La tengo mucho cariño, espero que nos permitan seguir colgándonos un poco allí y que respeten el poder que tiene de atraer a todas las generaciones escaladoras de Madrid centro. Por lo menos han puesto testigos de dilatación en las fisuras. Siempre nos daba algo de palo la del ladrillo y la de la farola.



En la foto el -fisurometro- opción moderna al tradicional testigo de yeso para observar la evolución de las fisuras y sus dilataciones.